El arte de ser Agua

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Blog sobre realidades y tendencias del liderazgo
Jueves 5 de Abril, 2018

EL ARTE DE SER AGUA

En nuestro hemisferio el campeón de artes marciales, Bruce Lee, empezó a darse a conocer gracias a su papel de Kato, chofer y guardaespaldas oriental, del “Avispón Verde”. La serie televisiva duró solo una temporada (1966 a 1967), pero lanzó al estrellato a este joven atleta nacido en San Francisco, Estados Unidos.


Nunca fui un gran aficionado a las artes marciales, hasta que de niño pude ver por televisión en blanco y negro, los episodios en que Lee desempeñaba con maestría su papel. Como muchos niños de entonces compartía el estereotipo de que la mayoría de los asiáticos eran “cinturón negro” y habían sido entrenados en las artes marciales desde los dos años.

La noción hoy se ve risible, pero había algo diferente en Bruce Lee que permitió crear una cultura de seguidores aun después de su muerte a los 33 años en Hong Kong.

Lee no es solo famoso por haberse convertido en un competidor invencible – nunca perdió un combate – sino por el pensamiento revolucionario que trajó a la disciplina a la cual dedicó su vida. Bruce Lee fue un pensador y un filósofo aplicado a su arte. Era graduado en filosofía de la Universidad de Washington y estudió tanto el pensamiento oriental (especialmente el taoísmo) como el occidental (Hegel, Marx, Krishnamurti y Spinoza). 

























Lee explicaba su filosofía sobre la vida y su arte de una manera única:
“Si usted pone agua en una copa, se convierte en una copa. Si usted pone agua en una botella, se convierte en una botella. Si usted la pone en una tetera se convertirá en una tetera. El agua puede fluir. El agua no puede estrellarse. Sea agua mi amigo”.

Tal vez me equivoque, pero creo que este es uno de los mejores consejos para nosotros en la iglesia de hoy. Nuestra tarea primordial como iglesia es ser agua. Fluir. No chocar estrepitosamente.

Nuestra agua es el mensaje de Jesucristo como siempre ha sido expresado en las escrituras. Nuestras formas, contenedores, puede cambiar. Deben cambiar. En otras palabras, nuestros principios no son negociables, nuestros métodos si.

De hecho, nuestros conflictos no deberían ser por asuntos de metodología o de forma. Eso es un desperdicio de energía. Resuena aun en mis oídos la voz iracunda de un pastor usando su sermón para atacar a un consiervo de una iglesia cercana porque en su congregación los jóvenes son aceptados y amados aunque lleguen vistiendo casualmente, con aretes y hasta tatuajes.

Se trate de música, terminología, predicación, gráficos, tamaño, edificios, reglas legalistas arbitrarias, o forma de vestir. ¿Qué importancia eterna tiene discutir sobre eso? Puedo estar equivocado sobre esto también, pero me resulta difícil imaginar a Dios preocupándose por nuestra estéril discusión y conflictos sobre las formas, en lugar del fondo.

Aun recuerdo un servidor de una iglesia que se quejó con su pastor general porque una mujer joven y atractiva que era miembro de la iglesia vestía “una tanga” cuando asistía al servicio. El pastor le preguntó que cómo lo sabía, si la hermana estaba vestida y no desnuda durante los servicios. A lo que el sagaz servidor respondió “tengo discernimiento pastor”.

Eso se llama malicia o “don diabólico de la sospecha”. Recuerdo a Pablo reiterando que lo que contamina al hombre no es lo que viene de afuera, más lo que sale del corazón.

Hay una necesidad clara en la iglesia de ser sensibles a las diferencias de cultura aun dentro de una congregación con muchas afinidades. Dios nos llamó a acercarnos a otros que no son afines, y que desesperadamente necesitan salvación espiritual. Pero, nos hemos acostumbrado a vivir en una zona de comodidad y no nos interesa salir de ella para alcanzar a los que estas perdidos.

Por eso líderes innovadores como Dave Gibbons , pastor de la multiétnica, y global megaiglesia “Newsong” ha sugerido un nombre para la iglesia que debe ser como el agua, se llama “ser tercera cultura”. Lo explica en su reciente libro “El mono y el pescado” (Zondervan 2009) donde afirma que “ser tercera cultura es sobre ser agua para un mundo que esta profundamente sediento cuando se trata de espiritualidad y encontrar significado, y necesita de formas, y de un lenguaje adaptado y contextualizado cuando hablamos sobre Dios y el Cristianismo.”

Necesitamos iniciar una conversación en nuestras iglesias como pastores y líderes para diseñar creativamente o adoptar nuevas formas, lenguajes, costumbres y recipientes para entregar el agua viva.

Se trata de renovar nuestro entendimiento con una forma de pensamiento alimentada en una pasión sensible a las nuevas culturas y las nuevas maneras de evangelizar, y una devoción a ver los cambios en la sociedad y el mundo con una perspectiva global para responder a ellos con exhuberancia y astucia.

Cambios marcados por Iglesias de Tercera Cultura

1. De consumismo a causalismo

Un conocido refugio cristiano en el sur de California que provee santuario para niños fugitivos de sus hogares y adolescentes con problemas ha implementado proyectos con los jóvenes como lavar autos en las calles para recolectar fondos para ayudar a niños africanos convertidos en huérfanos y heridos por el genocidio y la guerra civil en Sudán.

Al mismo tiempo estos jóvenes reciben formación educativa y valores cristianos para reinsertarse a la sociedad nuevamente. En muchas iglesias que conozco el lavador de autos es usado por los ministerios de jóvenes para levantar fondos para campamentos de verano, equipos deportivos y otras necesidades de iglesia.

Lo que ese refugio hace es tercera cultura. Están enfocados en amar a otros diferentes a ellos no solo étnicamente sino socioeconómicamente. A menudo en nuestras iglesias, a modo de contraste, nos sentimos seguros y cómodos “jugando a la iglesita”, y no sentimos necesidad de mostrar compasión por los necesitados en nuestras comunidades y menos en sitios tan remotos como Sudán.

2. De Pastor/Maestro a Pastor/emprendedor social
Este es un cambio tremendo para el líder principal o pastor general. Tiene que ver con como el pastor ve su papel en este nuevo mundo. Nuestras ovejas a menudo son reflejo de nuestra perspectiva del mundo. Dese una vuelta por los barrios pobres, converse con los necesitados, extienda sus manos y sienta sus necesidades. Debo aceptar las interrupciones que Dios hace para sacarme de mi zona de comodidad. Lo que esto implica, entre otras cosas, es amar gente que usted no espera tratar, en formas no esperadas, en tiempos no esperados, y en grados no esperados.

Es como ser un padre, cuyas acciones, primero, y palabras, de segundo, reflejen una generosidad y compasión extravagantes – un compromiso con la justicia, un deseo de ser bendición para una generación sin padres, y una fuente de amor incondicional que viene acompañada de sacrificio, perdón y servidumbre. Nosotros, debemos sobretodo, ocuparnos con las profundas necesidades de nuestras comunidades heridas.

3. De senderos lineales a los ritmos de la tercera cultura

Por mucho tiempo, iglesias y ministerios han visto la vida y el desarrollo espiritual como un proceso progresivo lineal. Usted acepta a Jesús como su Señor y Salvador, y entonces usted procede por un camino bien delineado a descubrir las profundas verdades de la fe. Esto funciono bien para las generaciones anteriores que buscaban estructura y senderos claros.

Pero este modelo secuencial de corte occidental no resuena en muchos lugares del planeta. Esto es especialmente cierto en Latinoamérica y Africa y con las nuevas generaciones de los países industrializados.

Por eso debemos reenfocar como nos acercamos y hablamos sobre espiritualidad y nuestra relación con Dios y con el mundo. Aspectos que han cambiado incluye la expansiva democratización del mundo; la destrucción de las estructuras de autoridad en los negocios y en las principales instituciones sociales; el atractivo de los valores de las bases populares y sus métodos para la solución de problemas sociales; la erosión de la confianza en los líderes y las instituciones incluida la iglesia de Cristo; el traslado del poder económico y cultural e influencia del Oeste al Este; y el movimiento de toma de decisiones individualista a las toma de decisiones corporativa o tribal.

La nueva generación que esta siendo alcanzada efectivamente por iglesias de la tercera cultura establecen una relación con Jesucristo mediante su participación en causas sociales u obras de bien para la comunidad. Ellos no tienen interés al principio en “aceptar a Jesús como su Señor y Salvador”, pero quieren involucrarse en esfuerzos que valgan la pena, que hagan una diferencia.

Por eso necesitamos ver la conversión como una jornada dinámica, orgánica y a veces desordenada que incluye desvíos, callejones sin salida, que activan una serie de decisiones claves.

El modelo que mejor refleja estos principios es el llamado “modelo de los ritmos”. En este modelo, desarrollado por el pastor Dave Gibbons y su equipo alrededor del mundo, usted organiza el ministerio con base en tres esferas interconectadas – Cristo, Causa y Comunidad

Usted necesita las tres para ser saludable. (Sugerencia: Equipamiento sobre Estructura y Sistemas Saludables en https://www.liderinnova.net/recursos/producto/estructurando/  

Una persona puede servir en una esfera, dos esferas, o las tres; cualquiera de esos escenarios o contextos lleva a una persona a acercarse a Jesús sin importar donde se encuentre espiritualmente.

Este enfoque tiene sentido en la cultura globalizada actual y es mucho mas consistente con como la gente de hoy toma decisiones y vive sus vidas. La nueva generación no tiene interés en que le hablemos de las buenas nuevas de Cristo hasta que vean converger en nosotros como seguidores de Cristo acción y palabra. Es decir la convergencia de las realidades y los misterios de la vida.

¿No se trata de eso en nuestro caminar en y con Cristo? Es una jornada a lo largo de la vida, de amar y vivir como lo hizo Jesús. Las personas hoy buscan aquello que resuma trascendencia, realidad y misterio.

Hasta la próxima

Juan Carlos Flores Zúñiga 
FUNDACION LIDERINNOVA

Comentarios

Jorge Nelson Ariza dijo…
Soy bendecido con "el arte de ser agua"gracias por las inspiraciones que traen nueva revelación a mi vida,un abrazo.

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