Rivales en la Iglesia

Viviendo y Liderando Saludablemente
Blog sobre realidades y tendencias del liderazgo
Jueves 11 de Octubre, 2018  

RIVALES EN LA IGLESIA

Los consejos de ancianos, directivos de juntas y/o miembros de cuerpos pastorales en la iglesia cristiana local han practicado por décadas una política de exclusión para evitar que personas que ellos consideran inconvenientes se incorporen a los equipos de liderazgo en sus organizaciones.

Se han reservado como autoridades el derecho de aprobar todos los candidatos para ocupar un puesto formal en la iglesia. Incluso algunas iglesias locales siguen además la convención de permitir que cualquiera de los ancianos en sus juntas directivas o concilios ejerza el derecho al veto a cualquier candidato con el que “tenga un problema”, aun si el problema no tiene fundamento o se le describe sólo “como un presentimiento”.

En la superficie muchos pastores con los que he conversado sobre los años consideran la práctica razonable. Después de todo, su objetivo es tener un buen y cohesionado grupo de hombres y/o mujeres con buena química entre ellos. Ni los pastores, ni los directivos quieren que venga alguien que disturbe ese frágil balance y que no quiera jugar en equipo. Estamos dolorosamente conscientes de iglesias donde la pobre escogencia de un anciano o un miembro de la planilla del personal ha causado continuas crisis. Sin embargo, un liderazgo seguro no es un buen liderazgo.

En el excelente libro escrito por Doris Kearns Goodwin en 2005 titulado “Equipo de Rivales”, la autora descubre las muchas y buenas lecciones de liderazgo dejadas por Abraham Lincoln. Su obra está enteramente dedicada a la idea de que la grandeza de Lincoln reside en su disposición a abrazar el concepto de equipo de liderazgo compuesto de personas que no solo eran diversos en sus puntos de vista, pero quienes, también, eran sus rivales.

Con exquisito detalle Goodwin sigue las carreras de miembros del gabinete durante la Guerra Civil estadounidense, William H. Seward, Salmon P. Chase, y Edward Bates, tres hombres con mayor reconocimiento nacional y, aparentemente, capacidades presidenciales que el poco conocido abogado del área rural de Illinois. Cada uno de ellos fue a la Convención Republicana en Chicago en 1860 asumiendo que uno de ellos participaría en la contienda presidencial en el otoño; ninguno de ellos considero a Lincoln o a sus posibilidades como candidato.

Cuando Lincoln deliberadamente decide incluir a estos hombres en las labores diarias más íntimas de su administración estaba tomando un gran riesgo. El Senador Seward aceptó la oferta con la intención de ser el "presidente de hecho" detrás de la figura de Lincoln. Entonces, como si no hubiera traído suficientes problema a su casa, Lincoln escogió tres demócratas para ocupar los cargos de Director General del Servicio Postal, Secretario de Guerra, y Secretario de la armada, respectivamente.

Esto no permitió un comienzo fácil en su administración. Seward inmediatamente invitó a Lincoln a venir a su hogar, sombrero en mano, donde el gran hombre podría instruir al mas pequeño en las elecciones para integrar el gabinete y otros temas apremiantes. 

El Secretario de Guerra Edwin M. Stanton, abiertamente se refirió al presidente como “el gorila original”, y las damas de la clase alta de Washington, incluyendo las esposas de los miembros del gabinete, fueron socialmente crueles con Mary Lincoln desde su arribo, excediéndose a menudo en sus formas para insultarla y humillarla.

Esta es la clase de dificultades que los ancianos y directivos de muchas iglesias locales tratan de evitar con su regla no escrita del veto. Argumentan a modo de justificación que seguramente Dios no querría que invitaran una potencial desunión a su liderazgo. Pero la tesis de Goodwin de que el gran liderazgo no castiga ni ignora los enemigos ideológicos, sino que más bien los acepta, tiene importantes implicaciones para nuestras crecientemente mayores y complejas estructuras de gobierno en la iglesia.

EVITAR EL EFECTO DE CÁMARA TÓXICA

Hay un serio peligro en el llamado pensamiento grupal que esta muy presente en congregaciones donde disentir es solo visto como un problema. Esto produce lo que se ha denominado "efecto de cámara tóxica" en el gobierno de la organización, ya que todos deben pensar igual, y esto reduce la transparencia, honestidad y la confianza. Como decimos en nuestras conferencias sobre matrimonios "Si ambos cónyuges piensan igual, alguien sobra".

Los líderes de la iglesia de gobierno congregacional a menudo celebran las virtudes del 90% de los votos de confirmación para el nuevo programa de construcción de la iglesia o de un nuevo ministro, o el “acuerdo unánime” tomado por los ancianos en el sentido de que la iglesia necesita tomar cierto curso de acción. Pero olvidamos que muchos de los mandamientos en las Escrituras requieren que los líderes vayan en contra de las olas de opinión popular.

Si Abraham Lincoln pudo usar el poder de las diversas opiniones y egos encontrados para salvar a su nación, entonces nosotros como lideres en nuestras iglesias y ministerios deberíamos mirar más de cerca los beneficios de las opiniones disidentes en nuestras organizaciones también.

David Fitch pastorea la Comunidad Cristiana Vida en la Viña, una vibrante iglesia emergente en el área de Chicago. Con cincuenta años de vida, y en posesión de un PhD de la Universidad Northwestern (Ética en Teología, Iglesia y Sociedad), un profesorado, una estimable lista de libros y artículos publicados, pocos podrían culparlo de preferir las esquinas curvas y los bordes suaves de la vida. Y nadie esperaría que invitara la incomodidad y el tumulto a su propia iglesia.

Sin embargo, es exactamente lo que hizo el pastor Fitch al traer a bordo a Matt Tebbe, una generación más joven que él, con 31 años y recién salido del seminario. Matt en sus inicios ministeriales tuvo experiencias muy diferentes a las de la iglesia Vida en la Viña. Fitch sabía que el arreglo tendría sus aristas difíciles – Matt se había congregado en Vida en la Viña por un año y medio antes de unirse al ministerio allí, y los estilos de los dos hombres eran claramente opuestos. ¿Por qué un pastor querría forjar tal choque de hierros en lo que debería ser un ministerio de mediana edad más gratificante?

Fitch concluye que “las recompensas tienen más peso que el dolor. (Matt) nos presionó a considerar gente que estábamos ignorando (en la iglesia)”, y Matt posee la capacidad vital para hablar con su pastor general cuando este no está siendo razonable. No es una fiesta; no hay un final feliz al final de la historia. Pero desde que Matt se unió al servicio en la iglesia Fitch dice que él puede recordar numerosas veces cuando él ha ayudado al viejo ministro a practica la “disciplina de la rendición”, algo que los pastores generales son usualmente buenos requiriendo de otros más que modelándolo ellos.

Fitch cree que muchos de esos encuentros “Cambiaron nuestra relación”. Recordó un tiempo cuando el joven ministro lo llamó para agradecerle su humildad y disposición a escuchar. Esos incidentes destacan otro beneficio insospechado en un ministerio maduro y estratégico donde se permite gente con pensamiento y acciones diferentes: el crecimiento personal y espiritual del rival el cual Fitch dice que ha sido “impresionante”.

A veces esta convivencia entre personalidades rivales puede darse en formas menos tumultuosas, y sobre temporadas más largas. C. Robert Wetzel, actual presidente de la Escuela de Religión Emanuel en Tennessee Oriental, recuerda su ardiente contienda con un colega en la facultad del Michigan College muchos años atrás. El rival de Wetzel era el director del departamento de Educación, Paul Clark, quien se convirtió en su subordinado algunos años después cuando Wetzel se convirtió en el decano académico del Michigan College, pero ambos hombres sirvieron al centro universitario en forma sobresaliente a pesar de sus diferencias.

Wetzel dice que “Él fue infatigable pero amable en su defensa de la filosofía educativa que promovía. Yo también fui infatigable en mi posición opuesta, pero tuve que poner a raya y al día la calidad de mi amabilidad. En todo caso, pienso que el Michigan College es más fuerte hoy debido a nuestras largas discusiones”.

No hace mucho Michigan nombró un ala del nuevo edificio de oficinas de la Facultad en honor a Paul Clark, una recompensa que Wetzel describe como “un reconocimiento bien merecido”.

HIERRO AFILA HIERRO

Los hombres somos aficionados a citar con poca sinceridad Proverbios 27:17 en lo relativo a la forma en que “el hierro afila el hierro” cuando dos personalidades mantienen sus diferencias en un contexto realmente cristiano. Pero muy a menudo renunciamos a la antigua sabiduría cuando las chispas del chirriante hierro comienzan a saltar.

No hay evidencia de tan costosa renuncia en el Nuevo Testamento, no obstante todas las peticiones de unidad en la escritura. Pablo y los tempranos judaizantes – Cristianos todos - fueron unos tras otros con martillos y tenazas, un hecho que ni Pablo ni los primeros padres de la iglesia trataron de ocultar bajo un manto literario aun cuando la ira de Pablo se extendió a Pedro y Santiago.

La escritora Doris Kearns Goodwin concluye que “la decisión sin precedentes – de Lincoln – de incorporar a sus eminentes rivales en su familia política, el gabinete, evidenció su profunda confianza en sí mismo y una primera indicación que mostraría a otros su grandeza”. La decisión no fue una señal de debilidad o cobardía, sino más bien de fortaleza y esperanza.

Al final, los adversarios de Lincoln fueron algunos de sus más grandes discípulos. Seward se convirtió en uno de sus más cercanos amigos y consejeros, y Goodwin demuestra que el irascible y altivo Stanton lloraba incontrolablemente a la sola mención del nombre de Lincoln tras su asesinato.

Igualmente, los discípulos de Jesús, hombres que solo unas horas antes de su arresto y crucifixión participaban en un argumento infantil sobre quién era el más grande entre ellos, tres días después se convirtieron en una fuerza única de cambio mundial. La rivalidad y la unidad, parecen haber sido cortadas de la misma tela.

Hasta la próxima

Juan C. Flores Zúñiga

FUNDACION LIDERINNOVA