7 Hábitos Altamente Inefectivos para Progresar
Viviendo y Liderando Saludablemente
Blog sobre realidades y tendencias del liderazgo
Jueves 23 de enero, 2020
Blog sobre realidades y tendencias del liderazgo
Jueves 23 de enero, 2020
Cuando empezaba hace quince años como consultor y coach
en liderazgo saludable y efectivo uno de los primeros principios que descubrí
sobre el cambio y las transiciones fue que “lo que te trajo hasta aquí no te
llevará hasta allá”.
En otras palabras, cuando tenemos éxito en cualquier
aspecto de la vida adoptamos tácitamente la creencia de que la metodología que
nos llevo a lograrlo seguirá funcionando siempre ante cada nuevo desafío para
alcanzar nuestras metas y sueños. Nada más lejano de la realidad.
Los principios pueden no variar, pero los métodos cambian
siempre.
Hacer una y otra vez lo mismo, aunque no produzca
resultados positivos, es la definición de “insanidad”. Esto
equivale a golpear una y otra vez la misma piedra de la misma manera pensando que vamos a obtener diferentes resultados. Lo mismo que te sirvió para cumplir tus metas y sueños
en un determinado momento se vuelve con el tiempo un impedimento para nuevas
metas y sueños.
Es justamente lo que confirmó el conocido coach ejecutivo
Marshall Goldsmith cuando publicó en el 2007, su clásico libro “What Got You Here Won’t Get You There,” (en
español se tituló “Un nuevo impulso”) donde compartió 20 hábitos
que la gente exitosa intencionalmente evita practicar para que nos les impidan
crecer y cumplir sus metas y sueños.
En palabras del propio autor “Su esfuerzo constante
está dando resultados, le va bien en su campo de acción. Pero hay algo que se
interpone entre usted y el siguiente nivel de logro. Tal vez sea solo uno de
sus irritantes malos hábitos. Tal vez un pequeño defecto – un comportamiento
que usted raramente reconoce – es lo único que le impide transformarse en quien
usted desea ser.”
De los veinte hábitos identificados por Goldsmith que
impiden cumplir nuevas metas y alcanzar nuevos sueños he seleccionado siete que
son cruciales de acuerdo con mi experiencia personal y profesional como coach
en liderazgo.
Hábito No. 1: Ganar demasiado
Este es el problema conductual más común entre la gente
exitosa. Hay una línea delgada entre ser competitivo y sobrecompetitivo. De
hecho, existen periodos en nuestras vidas cuando ganar realmente importa.
Pero hay otros períodos en que ganar, cuando a nadie
realmente le importa, es motivo de alarma. Ganar demasiado muestra virtualmente
otro problema de comportamiento subyacente. A modo de ilustración, si
argumentamos demasiado, es porque queremos que nuestro punto de vista
prevalezca a toda costa.
El menosprecio de las opiniones y posiciones de
otras personas, es nuestra manera furtiva de posicionarnos por encima de ellos.
Cuando ignoramos a la gente lo que estamos haciendo es ganar a costa de que los
demás desaparezcan.
Hábito No. 2: Agregar demasiado valor
A la gente exitosa le cuesta escuchar a otras personas
cuando su conocimiento y comportamiento los ha llevado a posicionarse en un
lugar de influencia. Más suben en la escalera del liderazgo, más
necesitan contribuir a que otras personas triunfen y dejar de enfocarse en
ganar solo para su propio beneficio. Esto significa monitorear de cerca como
motivar a otros.
Si usted descubre que cuando le dice a alguien “Gran
idea”, luego lo acompaña de “pero” o “sin embargo,” trate de limitar su
respuesta a la idea. Mejor aún, respire hondo antes de hablar y
pregúntese si lo que está a punto de decir es valioso.
Hábito No. 3: Juzgar a los demás
Hay un momento apropiado para ofrecer su opinión en una
discusión típica. Pero no es apropiado juzgar cuando pedimos a las personas,
específicamente, que ofrezcan su opinión sobre nosotros.
Trate de hacer lo siguiente: Por una semana trate toda
idea ajena que se cruce en su camino con completa neutralidad. No tome partido.
No exprese una opinión. Si usted descubre que no es capaz de decir solamente
“gracias”, comunique un inocuo “Gracias, no había considerado eso” o “Gracias,
me ha dado algo en que pensar”.
De esta manera reducirá significativamente el número de
argumentos sin sentido en el trabajo o el hogar.
Hábito No. 4: Hacer comentarios destructivos
Usted puede considerar como tales esos cortantes
comentarios sarcásticos que recorren el espectro desde una desconsiderada
ofensa hasta comentarios sobre cómo alguien luce – “Linda corbata” (con una
sonrisa de suficiencia)
Las siguientes preguntas le ayudarán como regla a revisar lo que va a decir
antes de hablar:
- ¿Este
comentario ayudará a nuestros clientes?
- ¿Este
comentario ayudara a nuestra organización?
- ¿Este
comentario ayudara a la persona con la que estoy conversando?
- ¿Este
comentario ayudara a la persona a quien me estoy dirigiendo?
Hábito No. 5: Empezar con “no”, “pero” o “sin embargo”
Cuando usted inicia una oración con alguna de esas
palabras, sin importar cuan amistoso sea su tono de voz, el mensaje a la otra
persona es: Usted está equivocado.
Deje de tratar de defender su posición y comience a
monitorear cuantas veces usted inicia sus declaraciones con esas tres palabras.
Ponga especial atención a las veces cuando usted usa esas palabras en una
frase u oración: “Eso es cierto, sin embargo…” (significado: Usted no piensa
que eso sea cierto) o la tan común frase de apertura, “Si, pero…” (significado:
Prepárese para ser contradecido)
Hábito No 6: Hablar cuando estás enojado
Cuando usted es una persona emocionalmente volátil, y lo
usa como parte de su comunicación en una posición de autoridad o influencia
crea un estigma como alguien irritable y explosivo que lo seguirá toda su vida.
Goldsmith comparte en su obra una antigua parábola
budista sobre un pescador que se encuentra en su bote navegando, cuando otra
embarcación se dirige hacia la suya. El pescador preocupado le grita a la
otra lancha, pidiéndoles a gritos que cambien de rumbo y aun así las embarcaciones
colisionan. Solo entonces el pescador se percata de que la otra lancha estaba
vacía. La lección de la historia es que “nunca hay nadie en la otra lancha,
siempre estamos gritándole a una embarcación vacía”.
Lo mejor es morderse la lengua antes dejar que el enojo
tome control de lo que quieres comunicar … “si permaneces callado, no puedes
quedar como un tonto, ni generar enemistad con alguien más”.
Hábito No 7: Dar excusas
En ocasiones justificamos nuestros comportamientos
nocivos como parte de nuestra personalidad o ser esperando que los demás lo
acepten sin problema. O sencillamente, transferimos la responsabilidad a otras
personas.
Ejemplo de ellos, es cuando excusamos nuestra forma de
manejar antisocial culpando al tránsito vehicular, a un asistente o
colaborador, o transfiriéndolas hacia algo o a alguien más, pero nunca
admitiendo nuestra responsabilidad por el comportamiento directamente.
A
veces de manera sutil, proyectamos autocríticas sobre nuestra tendencia
habitual a la impuntualidad, a procrastinar, perder el control del
temperamento, comunicando a quienes nos rodean “Así soy yo”. Pero, no
hacemos nada al respecto.
Dar excusas continuamente por nuestra conducta nos impide
crecer, cumplir nuestras metas y alcanzar nuestros sueños.
Observe su patrón de comportamiento y lo que comunica y
pregúntese ¿por qué actúa? ¿Cuál es la razón de fondo para no asumir
responsabilidad por su vida y lo que hace?
Cada uno de los hábitos compartidos son comportamientos
que repetidos periódicamente terminan formando patrones que destruyen sus
posibilidades de éxito en la vida.
MA. Juan Carlos Flores Zúñiga, CPLC, ACC, ICF.
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