Preguntas cruciales para reabrir las iglesias tras la pandemia

Viviendo y Liderando Saludablemente
Blog sobre realidades y tendencias del liderazgo
Miércoles 13 de mayo, 2020  

En algunos países se ha iniciado un proceso de reapertura de organizaciones con y sin fines de lucro en un proceso tentativo de prueba y error. Cualquier resurgimiento significativo de contagios implicará un cierre sanitario inmediato y el fin del relajamiento de las medidas de confinamiento. Por eso, es que venimos insistiendo en todos los foros posibles que estamos ante un cambio paradigmático causado por la “interrupción” del coronavirus covid-19 que hace que todo vuelva a cero.

La innovación es la ruta inexorable para quienes deseen prosperar en el escenario pospandémico que no quedará superado hasta que se descubra una cura definitiva y accesible.

En el caso de la reapertura de las Iglesias, lo que puede ocurrir antes de julio en muchos países, la pregunta de fondo que intriga a sus líderes es ¿Cómo serán los servicios y actividades presenciales cuando se reabra?

Recuerde, las preguntas son más importantes que las respuestas.  No pretendo por ello, ofrecer una respuesta aplicable a todas las situaciones locales posibles, pero sí acercar a quienes toman decisiones a preguntas cruciales que deben ponderar con sus equipos para reabrir exitosamente.

Aunque las restricciones se levanten, tenga claro que la revolución digital continuará y usted seguirá dependiendo de ella, así que no consideré nunca la clausura de sus medios digitales. Por otra parte, la reapertura estará sujeta sin importar el área de actividad a condiciones mínimas de seguridad, higiene y protocolos en caso de emergencia.  

Dan Reiland, un conocido pastor ejecutivo, y amigo, propuso recientemente cuatro importantes preguntas para ayudar a los equipos de liderazgo a decidir cuando y como reabrir sus respectivas iglesias.

A continuación, ofrezco un resumen de sus valiosas interrogantes con puntuales adaptaciones intencionales al contexto hispanoamericano sumando mi experiencia como coach y consultor de iglesias saludables por más de quince años.

CUATRO PREGUNTAS QUE PONDERAR PARA REABRIR

1) ¿Dónde haces la diferencia entre seguridad y experiencia?

La primera parte tiene que ver con evaluar: "¿Cuándo es seguro reabrir?"  La verdad es que nadie lo sabe con certeza, pero eso no exime a ningún líder de la responsabilidad de tomar su mejor decisión teniendo en mente lo que es mejor para su congregación.

Sí, su gente regresará a la iglesia cuando estén listos, es su elección, pero aún entonces debemos ser cuidadosos en nuestra planificación porque cuando abrimos las puertas, estamos haciendo una invitación y asumiendo responsabilidad por lo que pase.

Una posible solución para abrir más temprano que tarde, y permanecer seguro sanitaria y operativamente, es limitar en gran medida la capacidad de asientos en su espacio de culto o servicio de adoración. Además, debe limitar significativamente los programas adicionales al servicio de fin de semana, así como la hospitalidad en materia de refrigerio.

Sin embargo, como sabemos eso cambiará dramáticamente la experiencia que quiere ofrecer tanto a viejos miembros como nuevos visitantes. A modo de ejemplo, visualice la adoración o alabanza, con un equipo de adoración más pequeño; en una sala llena solo en un 30%, con las personas usando mascarillas, etc. Eso no está mal, y muchas iglesias lo harán, pero ¿es eso lo mejor para su iglesia local?

No obstante, los líderes preguntan: “¿Volvemos a realizar servicios de adoración ofreciendo menos del estándar de calidad del 100% de lo que queremos que experimente nuestra congregación, o deberíamos esperar más tiempo para arrancar bien y con fuerza?”

La segunda parte implícita de la pregunta es: "¿Cuándo puede ser realmente óptimo reabrir la iglesia?" Esta parte de la pregunta involucra a sus voluntarios.

Ninguno de nosotros debe demorarse en la preparación para que sus voluntarios regresen, tanto en términos de seguridad como de su disposición a liderar para que no tenga que prepararse dos veces.

2) ¿Cómo da la bienvenida a su congregación?

¿Qué visión compartirá para el regreso de su congregación?

Si no establece expectativas válidas y realistas para su congregación en su regreso a la iglesia, seguramente fracasará y dejará frustradas a muchas personas. No porque hizo algo malo, sino porque no comunicó lo que deberían esperar a su regreso.

¿Por qué esto es importante?

Porque incluso en el mejor escenario posible, su experiencia en la iglesia no será la misma, al menos no exactamente la misma que cuando la abandonaron por el cierre al que obligó la pandemia. ¡No los sorprenda!

Proyecte una imagen positiva de lo que deben esperar y déles la bienvenida la nueva experiencia en su “casa espiritual".

No haga demasiadas promesas sobre lo que hará, porque todo lo que establezca como nueva experiencia en la iglesia cambiará inevitablemente con los meses. Más que nunca vivimos en un escenario cambiante que crea gran incertidumbre.  Por ello, aplique el principio para compartir una visión en común: ¡Comunique, comunique, comunique! 

Mantenga las sorpresas a raya, informe continuamente de lo que planea conforme lo va diseñando. Tenga en cuenta, que no todas las personas que venían antes a la iglesia responderán de la misma manera a la invitación de regresar. Algunas regresarán con temor, tentativamente, mientras otras entrarán corriendo por las puertas del templo.

¿Cómo los saludara? ¿Con mascarillas y guantes y botellas de alcohol gel a la entrada? ¿Cómo puede tomar medidas preventivas desplegándolas con creatividad y sentido de diversión?  

Por último, pero no menos importante, considere su teología.

¿Cómo puede hablar de la manera más relevante sobre Jesús? Por favor recuerde, el mensaje central del evangelio es el mismo, no cambia, pero todo lo demás ha cambiado y seguirá cambiando.

Además, todo somos diferentes, aunque pertenezcamos a una misma Iglesia.   El impacto del coronavirus COVID-19 ha afectado seriamente las emociones, actitudes, perspectivas, y comportamiento de la mayoría de las personas.  Tal vez con el tiempo muchos lo superen, pero mientras tanto sus efectos son muy reales.  

En cuanto a la enseñanza en los servicios o cultos tome en cuenta el contexto de la cultura a la que está dirigiéndose.  Haga una honesta autoevaluación de cómo podría afectar su modelo o estilo de enseñanza la presente crisis.

3) ¿Cómo medir el éxito de la reapertura sin ningún punto de referencia?

Todos conocemos las diferentes opiniones y las múltiples opciones sobre cómo contar y medir la asistencia en línea. ¡Se acerca a proporciones algorítmicas! De hecho, hoy en día resulta difícil imaginar todas las opciones posibles para contar y medir una combinación de asistencia en línea y presencial.

La asistencia siempre será importante, pero el compromiso será la nueva regla de medida, como indicamos en nuestros artículos anteriores sobre innovaciones en tiempos difíciles.

Seguro piensa que el compromiso no es algo nuevo, pero la importancia del compromiso será significativamente mayor en la pospandemia, y tendremos la oportunidad de apoyarnos más que nunca. Para efectos de claridad, considero que hay una diferencia entre participación y compromiso. La participación está emergiendo; el compromiso se está registrando. El compromiso es más que en el momento; se extiende más allá de la experiencia. Existe una gran diferencia.

Por un lado, la participación es hacerse presente, aparecer; mientras por otro, el compromiso es dar pasos concretos de crecimiento, servicio y membresía. El compromiso no es pasajero, trasciende la experiencia de asistir a un servicio o culto virtual o presencial.  Esto es una gran diferencia.

La participación se evidencia cuando asistimos a la Iglesia, cantamos, levantamos las manos para orar, texteamos algo desde el celular al predicador a raíz de una solicitud o invitación. Y eso está muy bien.  Pero, el compromiso es sobre conectarse concretamente con algo. Puede que no sea de largo plazo, pero demanda atención intencional.

Hay muchos ejemplos de cómo evidenciar el compromiso:

• Integrarse a un grupo pequeño

• Orar

• Invitar a un amigo a la iglesia.

• Servir como voluntario

• Apoyar financieramente

• Ejercitarse en el liderazgo

• Compartir la fe

• Dar frutos del Espíritu

Usted capta la idea.

¿Cuáles enfatizará y cómo los "contará" o medirá el progreso?

4) ¿Qué porcentaje de su ministerio estará en línea, y qué porcentaje será presencial?

Durante la presente crisis sanitaria he tenido la oportunidad de conversar con muchos pastores de iglesias pequeñas, medianas y grandes, muchos de los cuales no tenían servicios en línea antes de la pandemia.

Muchos de ellos, implementaron soluciones en línea mediante plataformas tecnológicas en menos de dos semanas.   Esta es una de las curvas de aprendizaje más veloces que he visto en mis quince años como coach y consultor de iglesias.  Estos líderes que se han visto obligados a improvisar para responder rápidamente son muy conscientes de que nunca podrán volver a donde se encontraban antes de la presente crisis. No obstante, insistimos que la revolución digital llegó para quedarse.

Pero, existe una pregunta importante en este nuevo escenario digital: ¿Cuánto de su ministerio deberá seguir brindándose en línea y que se ofrecerá presencialmente al reabrir físicamente su iglesia?

Lo más fácil de responder es que el servicio de adoración se seguirá ofreciendo en ambos espacios. Lo que no resulta tan fácil de responder es cómo lo llevará a cabo. ¿A cuál experiencia le dará prioridad? ¿Cuál estimulará más?

Estas preguntas son cruciales ahora, antes de que se permita la reapertura de las iglesias en todos los países bajo cuarentena.  Usted y su equipo de liderazgo deben ponderarlas recordando que, aunque toda la iglesia cristiana comparte la misma misión de llevar las buenas nuevas a un mundo que no conoce a Dios, cada una ha sido llamada a liderar desde una geografía, cultura y tradición diferentes. 

El mensaje es el mismo ayer, ahora y siempre, pero como comunicadores es nuestra responsabilidad no delegable comunicar saludable y efectivamente. El cambio es ahora.

MA. Juan Carlos Flores Zúñiga, CPLC, ACC, ICF.

FUNDACIÓN LIDERINNOVA

Comentarios

Unknown dijo…
Debo reconocer que este regreso me genera un grado importante de incertidumbre, y la gran pregunta es como amalgamar este híbrido que en nuestro caso no teníamos.
Gracias Juan Carlos por tus siempre atinados contenidos.

Pastores Jorge y Leidy
Lazara Herrera dijo…
Hola Juan Carlos. Gracias por su articulo sobre las preguntas que deben hacer para la reapertura de la iglesia tras la pandemia. Excelente aporte. Cuídese.
Juan Valencia dijo…
Excelente articulo. Todas las preguntas son indispensables.
Christian Ruiz Luna dijo…
Oportuno y al punto. Gracias coach
William Gerardo Mora dijo…
Excelente articulo. Lo estoy compartiendo con mi red. Bendiciones.
Antonio Aquino Butron dijo…
Juan Carlos. Muy util su articulo. Lo felicito. Gracias por apoyar a los lideres hispanos.
Unknown dijo…
Muy atinado tu artículo.
Adolfo Flores dijo…
Muchas gracias por compartir este podcast. Tu información ha traído más claridad a mis dudas en cuanto a la reapertura del templo. ¿Puedo compartirlo con mi equipo de líderes?
A su servicio,
Hector Bermudez dijo…
Hola hermano.
Deseo hacerle una pregunta, mirando que frente al
Covid-19 el mundo a sufrido una transformacion.
Que estrategia debe desarrollar el liderazgo en edtos tiempos de covid para llegar con el evangelio a la conunidad?
En el amor de Cristo.
Pastor Hector Bermudez
Hola Hector,
Hemos desarrollado tres distintas materiales para apoyar a pastores como usted.
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