Viviendo y Liderando Saludablemente
Blog sobre realidades y tendencias del liderazgo
Domingo 19 de Diciembre, 2021
En medio de la discusión "experta" sobre cuando nació Jesús si en "sucot" que es cuando los pastores sacan sus ovejas a pastar por la noche, o en diciembre, cuando la primera iglesia romana sincréticamente sustituyo varias tradiciones paganas para recordar a Jesús, la verdad es que nuestro Salvador nació en Belén en un pesebre para entre otras cosas poder nacer diariamente en el corazón de los que le necesitamos como sanador y libertador.
Navidad es una oportunidad para recordar nuevamente el milagro de la natividad y tender puentes hacia tanta gente que aun no lo conoce y que trata de cubrir su vacío con materialismo y excesos. En medio de todo, debemos oportunamente saber lo que es mito y realidad sobre un personaje que tiende a dominar la época haciendo olvidar su verdadero significado, Papá Noel o "Santa".
El viejecito de ropas rojas y barba blanca que vemos en vísperas de Navidad en los "shopping malls" de todo el mundo, se ha convertido en ícono cultural de la sociedad de consumo del tercer milenio. El sonriente personaje, que encanta a los niños, fue forjado a lo largo de los últimos diecisiete siglos, basado en la historia de un obispo que vivió en el siglo IV.
La ciudad de Mira, en el antiguo reino de Licia, actual territorio de Turquía, tuvo un prelado llamado Nicolás, célebre por la generosidad que mostró con los niños y con los pobres, y que fue perseguido y encarcelado por el emperador Diocleciano. Con la llegada de Constantino al trono de Bizancio —ciudad que con él se llamó Constantinopla—, Nicolás quedó en libertad y pudo participar en el Concilio de Nicea (325). A su muerte fue canonizado por la Iglesia católica con el nombre de san Nicolás.
Surgieron entonces innumerables leyendas sobre milagros realizados por el santo en beneficio de los pobres y de los desamparados. Durante los primeros siglos después de su muerte, San Nicolás se tornó patrono de Rusia y de Grecia, así como de incontables sociedades benéficas y, también, de los niños, de las jóvenes solteras, de los marineros, de los mercaderes y de los prestamistas.
Ya desde el siglo VI, se habían venido erigiendo numerosas iglesias dedicadas al santo, pero esta tendencia quedó interrumpida con la Reforma, cuando el culto a san Nicolás desapareció de toda la Europa protestante, excepto de Holanda, donde se lo llamaba Sinterklaas (una forma de san Nicolás en neerlandés).
En Holanda la leyenda de Sinterklaas se fusionó con antiguas historias nórdicas sobre un mítico mago que andaba en un trineo tirado por renos, que premiaba con regalos a los niños buenos y castigaba a los que se portaban mal.
En el siglo XI, mercaderes italianos que pasaban por Mira robaron reliquias de san Nicolás y las llevaron a Bari, con lo que esa ciudad italiana, donde el santo nunca había puesto los pies, se convirtió en centro de devoción y peregrinaje, al punto de que hoy el santo es conocido como san Nicolás de Bari.
En el siglo XVII, emigrantes holandeses llevaron la tradición de Sinterklaas a los Estados Unidos, cuyos habitantes anglófonos adaptaron el nombre a Santa Claus, más fácil de pronunciar para ellos, y crearon una nueva leyenda, que acabó de cristalizar en el siglo XIX, sobre un anciano
alegre y bonachón que en Navidad recorre el mundo en su trineo, distribuyendo regalos.
En los Estados Unidos, Santa Claus se convirtió rápidamente en símbolo de la Navidad, en estímulo de las fantasías infantiles y, sobre todo, en ícono del comercio de regalos navideños, que anualmente moviliza miles de millones de dólares.
El atavío del actual "Santa" es producto del marketing de la empresa Coca Cola y el resto de la industria navideña lo ha adoptado tal cual. El icono que vemos reflejado en todo tipo de mercadeo y entretenimiento fue creada por la famosa embotelladora de bebidas carbonatadas para promover su producto en ésta época hace ya mas de cien años.
Esta tradición no
demoró en cruzar nuevamente el Atlántico, ahora remozada, y en extenderse
hacia varios países europeos, en algunos de los cuales Santa Claus
cambió de nombre. En el Reino Unido se le llamó "Father
Christmas" (papá Navidad); en Francia fue traducido a Père
Noël (con el mismo significado), nombre del cual los españoles tradujeron
sólo la mitad, para adoptar Papá Noel, que se extendió rápidamente a
América Latina.
Es vital separar el
mito de la verdad, para poder enfocarnos con intencionalidad en lo realmente
central de la navidad: Cristo nació para que podamos ser libres. El nace en el
pesebre de corazón que muchos tenemos para vivir, cambiar, crecer e impactar el
mundo una persona a la vez, diariamente, no solo una vez al año.
Hasta la próxima,
Juan Carlos Flores Zúñiga
FUNDACIÓN LIDERINNOVA
Comentarios
Excelente reseña de uno más de los engaños, gracias por darlo a conocer
Muy buen trabajo