Cambios estratégicos cuando volvemos a cero

Viviendo y Liderando Saludablemente
Blog sobre realidades y tendencias del liderazgo
Miércoles 22 de abril, 2020  


“Cuando un paradigma cambia todo vuelve a cero”, afirmamos la semana anterior en el BLOG LiderInnova parafraseando al físico estadounidense Thomas Kuhn cuya obra visionaria de 1962 sobre como el conocimiento se produce más por revolución que evolución, es uno de los insumos claves para comprender como el mundo entero no volverá a ser el mismo, aunque volvamos a una aparente “normalidad” en unas semanas.

No obstante, nuestros viejos paradigmas sobre pensar y hacer han causado frustración y caos en nuestro liderazgo de cara a los drásticos cambios que las acciones de control y mitigación de la pandemia del coronavirus Covid-19 por parte de gobiernos y organizaciones globales han traído sobre nuestras organizaciones y entorno.

Los pronósticos más optimistas por parte de centros de investigación universitarios estiman que pasara al menos un año antes de que todas las restricciones impuestas sean completamente levantadas.  Si no empezamos a planear estratégicamente, a largo plazo, es muy probable que no podamos ganar la claridad y enfoque necesarios para sobrevivir y prosperar.


¿ESTÁ PREPARADO?

Los líderes con mayor probabilidad de superar los impactos nocivos de la presente pandemia y liderar efectivamente son aquellos que en lugar de esperar que todo vuelva a la normalidad anterior, se hacen preguntas de fondo aceptando que NO hay vuelta atrás.

Una de las preguntas frecuentes que hacen este segundo tipo de líderes es “¿Cómo debe cambiar mi organización para la nueva normalidad?”. Son líderes que no están esperando que termine la pandemia para enfocarse intencionalmente y trabajar bien desde ahora con una visión de futuro.

Desde que empecé a desarrollar líderes saludables y efectivos hace quince años con la Fundación LiderInnova una de las frases más poderosas que adopté y repetí hasta la saciedad en sesiones de coaching, conferencias y equipamientos es “si usted es un líder debe aceptar las interrupciones”. 

Cuando nos estancamos en nuestro desarrollo como líderes, nuestras organizaciones también se estancan. Un verdadero líder nunca deja de aprender como he señalado desde nuestro primer entrenamiento, porque si deja de aprender deja de crecer y esto permea a su equipo y organización.  El resultado de ser negligente con nuestra salud y liderazgo resulta casi siempre en declive y muerte.

Por eso, debemos aceptar las interrupciones.  En el ámbito lucrativo o no lucrativo, las interrupciones son críticas porque ponen a prueba nuestros paradigmas, nos sacan de nuestra zona de comodidad, nos obligan al autoexamen y a encontrar una respuesta creativa que nos permita superar el momento actual y volver a crecer.

Mis clientes saben que soy creyente y que siempre oro por interrupciones en sus vidas, negocios, familias y organizaciones.  Lo aprendí hace muchos años de mis amigos y mentores Lance Witt, Dan Southerland, Glenn Wagner, Peter Scazzero, Chip Ingram y Charles Stone.

La mayor interrupción de todas es la pandemia del coronavirus covid- 19 que experimentamos globalmente y que ha conducido a una recesión económica global y a restringir la operación de nuestras actividades personales, laborales y hasta religiosas.

No se enoje conmigo por orar así.  Este es un virus terrible que ha causado miles de muertes y dejado secuelas imborrables en vidas y países.  A nadie le gusta que lo obliguen al aislamiento social para prevenir la muerte y desolación actual. Aunque usted parezca seguro en las cuatro paredes de su hogar, se que siente temor por el futuro no solo de su salud, sino también de sus finanzas y actividades.

A menudo ilustro las interrupciones como la presente usando los dos símbolos caligráficos chinos que componen la palabra crisis: un signo simboliza amenaza y el otro oportunidad.

Creo firmemente que Dios ha permitido este momento en la historia de la humanidad, no para castigarla, solo los que no conocen a Dios afirmarían tal cosa.  Esta es una amenaza que ofrece una oportunidad única para fortalecer la misión y visión de su organización sea secular o religiosa.

Para ganar claridad y enfoque estratégico desde ahora necesitamos un cambio en nuestra estrategia hacia una cultura que venía ya cambiando profundamente antes de la interrupción causada por la pandemia.


LOS 7 CAMBIOS QUE PODEMOS EMPEZAR A INTRODUCIR

Existen al menos siete cambios paradigmáticos indispensables que debe adoptar para que su liderazgo y organización puedan prosperar a pesar de la presente crisis.  Algunos de ellos, visionariamente, los hemos venido sugiriendo a líderes de habla hispana desde el año 2005.  Pero, para los que quieren realmente cambiar el presente ofrece una oportunidad única para implementarlos intencional y estratégicamente.

1.           ADOPCIÓN RADICAL DE LA ERA DIGITAL

Tal vez le parezca una verdad de Perogrullo.  La verdad es que se ha visto obligado por las circunstancias a experimentar con plataformas de transmisión digital, videoconferencia, y videollamadas. Pero su adopción no ha sido honesta, sigue pensando que todo volverá a como era antes y ya no dependerá tanto de estos recursos tecnológicos.  La noticia es que la revolución digital vino para quedarse. 

Su organización necesita cambiar primariamente a la plataforma digital para todo lo que hacía antes presencialmente.  No, no me refiero solamente a transmitir mediante un servicio “streaming” sus mensajes, organizar sus reuniones, dictar conferencias y/o brindar servicios de fin de semana.  Estoy hablando de una adopción radical de la plataforma digital para todas las operaciones de su organización.

2.           DE ENSEÑAR A EQUIPAR

La transferencia de conocimientos mediante la enseñanza presencial y directa, a menudo lineal o magistral, es importante, pero si observa cómo ha operado su organización por años, todos los espacios y entornos han sido diseñados para programas donde las personas, sus clientes o audiencia, han usado un modelo pedagógico unidireccional, en lugar de un modelo educativo que los equipe con las herramientas y recursos necesarios para que se desarrollen con autonomía y competencia.  En otras palabras, hemos desarrollado consumidores y no contribuidores. 

En términos espirituales, hemos fomentado que nuestros equipos de trabajo y audiencias vivan “parásitamente” de lo enseñan las “cabezas parlantes” de la organización. Hemos creado dependencia y codependencia, en lugar de desarrollar a las personas para que lideren saludable y efectivamente cumpliendo la misión y propósito para el que fueron puestos en este mundo; desarrollando disciplinas intelectuales y espirituales, conectándose con otras personas dentro y fuera de sus hogares y sitios de trabajo, impactando su cultura una persona a la vez.

 

3.           DE REUNIRSE A CONECTARSE

Mucho antes de que estallará la presente crisis, hemos insistido en que la salud y efectividad de nuestras organizaciones no debe nunca medirse por las actividades o programas que realizamos.  El activismo nunca ha sido un agente efectivo para retener y/o aumentar el número de personas que queremos como base de nuestra organización. Todo lo contrario, el activismo es causa principal del agotamiento del liderazgo, los recursos y la energía de las personas que no saben por lo general distribuir correctamente sus prioridades.

Lo que  ha demostrado ser altamente efectivo es fomentar intencionalmente el sentido de comunidad, espacio y tiempo, para establecer amistades dentro y fuera de nuestra organización.   

El aislamiento social obligatorio es un castigo para la mayoría de las personas. Fuimos diseñados para relacionarnos.   Las enfermedades mentales y las disfunciones se disparan cuando somos aislados por el activismo las políticas sanitarias del momento. Cuando termine la pandemia la gente buscara desesperadamente por conexión y amistad genuina no actividades para llenar su agenda.

4.           GLOCALISMO   

La frase “piensa globalmente, actúa localmente” suena tal vez clisé, pero entraña una profunda verdad que nos confrontan en nuestras organizaciones y comunidades.  Debemos ser sensibles a las realidades que viven otras naciones y culturas, pero nuestra responsabilidad primaria es local.  Lo que pasa es que para muchos es más fácil evadir sus responsabilidades como parte de una comunidad proyectándose hacia el exterior con misiones y/alianzas. 

Nos debemos primero a nuestra comunidad que se nos ha confiado y cuya identificación con nuestra visión y misión es crucial para la sostenibilidad en el largo plazo. 

En términos espirituales, nuestro “Jerusalén” es el lugar donde vivimos, servimos, y contribuimos diariamente.  ¿Pueden decir sus vecinos que su organización será extrañada si desaparece algún día? Mejor aún ¿Su organización retorna valor a la comunidad por lo que recibe de esta?

5.           TRANSPARENCIA Y GENEROSIDAD

Tal vez le sorprenda, pero la mayoría de las organizaciones, especialmente no lucrativas, estancadas o en declive invierten hasta un 35% más en personal pagado que las organizaciones que experimentan un crecimiento sostenido.

La presente pandemia ha sometido a una prueba de estrés las finanzas de miles de organizaciones, incluidas las iglesias, cuyos ingresos se han reducido drásticamente obligando a una apresurada racionalización de los gastos.   Esto no va a cambiar mucho en los primeros meses de las pospandemia. 

Se requiere una planificación financiera flexible en el largo plazo para liberar recursos y lograr alianzas con agencias locales u otras iglesias para atender las necesidades de salud mental, física y espiritual de los habitantes de sus comunidades.

Cultivar el voluntariado es ahora más que nunca clave tanto en organizaciones cuyo fin es la venta de productos como en aquellas que brindan servicios a la comunidad. Un beneficio de la buena administración de los recursos basados en prioridades estratégicas es que viene acompañado de una cultura de generosidad.

No obstante, nuestra audiencia o membresía está más dispuesta a sembrar y apoyar financieramente cuando hay transparencia en la rendición de cuentas y priorización en las inversiones.

6.           SIMPLICIDAD

Tanto en términos de estructura organizacional como de operaciones, es imperativo cambiar de la complejidad a la simplicidad.  Muchas organizaciones se caracterizan por haber adoptado desde sus comienzos un modelo jerárquico que impide el desarrollo de líderes y fomenta la burocracia.  Quienes ocupan cargos y responsabilidades se posicionan al punto de creer que son dueños del puesto olvidando que están llamados a desarrollar a otros para poder seguir creciendo.

Las estructuras rígidas y complejas no permiten hacer cambios rápidamente y estancan el crecimiento.  Las investigaciones demuestran que el propósito de todo dirigente o líder es servir a su audiencia meta, no enseñorearse de su puesto. El enfoque es hacia quienes servimos, no al revés.

La complejidad estructural y operativa son señales claras de que la organización se encuentra estancada o en declive en su ciclo de vida.  Simple no solo es mejor, sino que aumenta la productividad y el alcance.

7.           ASISTENTES COMPROMETIDOS

La drástica reducción del contacto presencial sustituido por relaciones virtuales no es un producto exclusivo de la presente crisis.  Hoy en día la mayoría de sus colaboradores y asistentes o clientes, están más conectados, pero menos relacionados que nunca.  Conexión y relación son opuestos en la presente ecuación.

Cuando organiza una teleconferencia, un webinario o transmite un evento usted tiende a pensar en el número de personas que se conectan, pero el verdadero éxito no es que se conecten es que se relacionen con usted y su organización o iglesia. En el ámbito secular, la meta es que las personas regresen de nuevo por sus servicios y/o productos, pero en el mundo religioso, hacer discípulos de Jesucristo es la meta más importante. 

Debemos buscar conectar a las personas con el cuerpo de Cristo, la iglesia, para que puedan escuchar y responden a las buenas noticias y comprometerse a ser discípulos. En otras palabras, en la era digital no se trata de llevar la cuenta de las personas que aparecen como invitados o nuevos en nuestros foros, teleconferencias o servicios en vivo, sino crear un proceso intencional para que cada nuevo participante se conecte y progrese dando los siguientes pasos hacia Jesús.

 

CÓMO PUEDE EMPEZAR

Para ayudarle en este proceso de implementación produjimos una serie en DVD/CD llamada “Reenfocando el cambio y la innovación” que muestra paso a paso como hacer cambios en nuestros paradigmas.  Puede encontrarlo en nuestra tienda en línea LiderInnov@ recursos. 

¿Pueden estos cambios ayudarle a ganar claridad y enfoque para el escenario pospandemia?  Por supuesto, pero si usted necesita un apoyo más personalizado mediante un coach profesional que le ayude a implementar los cambios sugeridos comience una conversación con nuestro equipo. Nos gustaría ayudarlo. Escribanos a contacto.

MA. Juan Carlos Flores Zúñiga, CPLC, ACC, ICF.

FUNDACIÓN LIDERINNOVA

Comentarios

Elsita Molano de Diaz dijo…
Un enfoque tan real como desafiante ! Gracias Pastor por hacernos conscientes de estos nuevos tiempos ..!Bendiciones !

Entradas populares